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La Fraternidad


En 1905, se registró en un libro de actas la elección de la primera Comisión Ejecutiva de La Fraternidad en Empalme Lobos, conformada por Antonio De Luca como presidente, Carmelo Quiroga como secretario, y Felipe A. Bruno como tesorero. Esta sociedad se destacó por su lucha en favor de mejorar las condiciones de vida y trabajo de sus afiliados, reflejado en diversas actas de reuniones y asambleas.

Además de sus acciones gremiales, La Fraternidad se abrió a la comunidad mediante la creación de una Mutual, una Cooperativa, una Farmacia, y especialmente a través de la Escuela Técnica de La Fraternidad, que jugó un papel importante en la historia de la región.

La sociedad funcionó hasta 1962 en un local perteneciente a la familia De Cavo, ubicado en la calle Rivadavia 52, predio que luego fue adquirido para construir su sede propia. El 20 de junio de 1963, se inauguró la tan esperada "casa propia", un edificio de dos plantas. En la planta alta se estableció la Escuela Técnica, mientras que en la planta baja se encontraban la Secretaría, un guardarropa, instalaciones sanitarias, y un amplio salón de fiestas, que fue escenario de reuniones fraternales cada 20 de junio.

En el frente del inmueble, una placa conmemoraba la inauguración del edificio, siendo desvelada por Don Pericles Cavalli y Doña Rosa Semino, representantes de los asociados más antiguos. Este momento quedó registrado en actas y fotografías.

La Escuela Técnica de La Fraternidad en Empalme Lobos comenzó a operar en 1923, utilizando una casa perteneciente a la familia De Cavo, ubicada en la calle Sarmiento, frente a las Colonias del ferrocarril. El 24 de octubre de ese año, se realizó una Asamblea especial en la que se aprobaron los Estatutos de la escuela y se designaron a los instructores, quienes trabajaban de manera voluntaria en sus días libres, según consta en el libro de actas de 1923.

La escuela se equipó con materiales descartados del ferrocarril, incluyendo piezas de locomotoras que fueron reacondicionadas y utilizadas como material didáctico. Los cursos ofrecidos cubrían una amplia gama de conocimientos técnicos, incluyendo Matemáticas, Física, Química, el funcionamiento de máquinas de vapor y locomotoras, reglamentos de trabajo y señales, leyes laborales, locomotoras diésel y eléctricas, coches motores Fiat, circuitos eléctricos y motores diésel.

En 1950 se contrató al primer instructor remunerado, el Sr. Manuel De Cavo. En 1951, tras la intervención del gremio, De Cavo renunció y fue reemplazado por el Sr. Antonio Videla. La intervención terminó en 1955, cuando se nombraron nuevos instructores, entre ellos el Sr. Osvaldo Morena y Guerino Senessi (como suplente). Morena se desempeñó como instructor principal hasta 1961, momento en que Senessi asumió la enseñanza tanto de máquinas diésel como de vapor.

Oscar Rubén Giavino junto a la mesa de señales de La Fraternidad en 1963. Foto Marcel, de Juan José Scasso. Cortesía de Oscar R. Giavino.

Lamentablemente, debido a la falta de instructores, la escuela dejó de funcionar. Los aspirantes a técnicos comenzaron a prepararse en escuelas de otras secciones, siendo trasladados por el ferrocarril a esos lugares durante el tiempo necesario para completar sus cursos.

El 2 de julio de 1970 se fundó la Asociación Mutual de Ferroviarios Activos y Jubilados. Popularmente conocida como "El Banquito", esta mutual no solo era apreciada en Empalme y Lobos, sino también en una vasta región aledaña, ya que respondía de manera humana a diversas necesidades sociales. La mayoría de sus miembros provenían de sectores que agrupaban a obreros, empleados, trabajadores independientes y ferroviarios. Hacia el año 1975, el número de asociados superaba los 2200.

La mutual de Empalme realizó, dentro de sus capacidades, distintas donaciones a instituciones de bien público, destacándose entre ellas los Bomberos Voluntarios de Lobos, la Cooperadora de la Escuela de Enseñanza Media N° 1 (que en ese momento era parte de la Escuela N° 2), la Biblioteca Popular Rivadavia y la Plaza Martín Fierro de Empalme Lobos.

El personal directivo de la mutual de Empalme, llevaba a cabo sus tareas de forma honoraria. Este hecho resalta el espíritu de sacrificio y generosidad de estos hombres, todos empleados ferroviarios, quienes sin descuidar sus responsabilidades laborales se entregaron a la comunidad con altruismo y sin buscar beneficio propio.

Como asesores de la institución continuaron colaborando: en la parte contable, el doctor Armando Pericles Cavalli; en el área legal, el doctor Juan María Garibotti; y en lo referente a la escribanía, el escribano público Alberto J. Di Santi.

Entre los proyectos de la Mutual se concretó la creación de la Proveeduría, la construcción de viviendas y la apertura de una farmacia mutual. Para ello, la institución adquirió una propiedad en la esquina de las calles Berro y Sarmiento, donde finalmente se instaló la Farmacia Aramburu, la cual estuvo en funcionamiento hasta mediados de la década de 1990.

Sin embargo, algunos planes no lograron materializarse, como la creación de un sanatorio para la localidad.

En 1984 la institución cierra y a partir de ese momento, el edificio quedó a disposición de la comunidad de Empalme Lobos, ofreciendo sus amplias instalaciones para eventos familiares.



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