En 1896 Peyrón se instala en esta zona con plantaciones frutales en sociedad con Pastor J. Fuentes.
Gracias a su ubicación estratégica cerca de la nueva estación Empalme Lobos, sus frutas eran enviadas a Buenos Aires, lo que le permitió aprovechar la excelente conectividad ferroviaria para distribuir sus productos. La calidad de sus frutales, en gran parte debido a las condiciones del suelo y el clima de la región, fue reconocida en el Concurso de Frutas, Envases y Embalajes organizado por el Ministerio de Agricultura de la Nación en 1918, donde recibió los siguientes premios:
Medalla obtenida en el Concurso de Frutas, Envases y Embalajes Organizado por el Ministerio de Agricultura de la Nación, 1918. Cortesía de Ángela Peyrón.
- Primer premio colección frutal más extensa y mejor clasificada
- Primer premio por varios frutales sobresalientes
- Primer premio por conjunto 126 variedades
El trabajo de Ángel Peyrón no solo contribuyó al desarrollo agrícola de la región, sino que también posicionó a Empalme Lobos como un referente en la producción frutal, llevando a la zona a un alto nivel de competencia y reconocimiento por la calidad de sus productos.
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