El 30 de marzo de 1914, un grupo de ciudadanos de Empalme Lobos se reunió en el local de la "Fraternidad Ferroviaria". Motivados por el deseo de promover el desarrollo de la comunidad, decidieron fundar una Biblioteca Popular Obrera, la cual sería conocida como "La Verdad en Marcha". En esa misma reunión, se conformó una comisión provisional para encargarse de las primeras tareas, integrada por D. B. Portantieri, A. Peverelli, A. Martínez, J. Chalub y M. Recci.
El 18 de abril del mismo año, esta comisión provisional convocó a una asamblea extraordinaria, en la que participaron 13 socios. En esa asamblea se constituyó la primera comisión directiva, que quedó conformada por los siguientes miembros: D. B. Portantieri como Presidente; A. Martínez como Vicepresidente; A. Nigro como Secretario; J. Saldarini como Prosecretario; J. Chalub como Tesorero; A. Peverelli como Protesorero; y como vocales, los señores L. Bandero, M. Finechi, M. Vigón, A. Panigadi y P. Ghioldi.
Posteriormente, el 27 de diciembre de 1920, esta comisión, con el objetivo de incrementar la cantidad de libros y socios, y siempre guiada por los más altos ideales, propuso al "Club Atlético Arévalo" de Empalme una fusión entre ambas entidades.
Tras convocar a una asamblea extraordinaria mixta, los socios aprobaron por unanimidad el proyecto de fusión, acordando denominarla "Club Social Deportivo y Biblioteca Popular" (recién al año siguiente agregará el nombre de Rivadavia). El 23 de enero de 1921, debido al creciente desarrollo de la entidad, los socios reconocieron la necesidad de ampliar el local para incluir un salón de billar, un buffet y más mobiliario. Por ello, se autorizó al señor presidente D. A. Villar a alquilar un local adecuado frente a la Estación. Con la entidad cada vez más consolidada en esta nueva etapa de progreso, fruto de muchos sacrificios, surgió la idea de adquirir un local propio que, en un futuro no muy lejano, permitiera expandir sus actividades y ofrecer nuevos beneficios a sus socios.
Finalmente, el 5 de septiembre de 1924, bajo la presidencia del Félix Ustariz, se tomó la decisión de adquirir el local propio que ocupa actualmente. Este local cuenta con un hermoso hall de entrada, un amplio salón de fiestas con un espacio bien dispuesto para la orquesta, un buffet, una sala de billar y, en la parte frontal con entrada independiente, la Biblioteca Popular "Rivadavia".
Con su visión social de alto alcance, el club también promovió la creación de un "Instituto de Enseñanza Complementaria", que funcionaba en uno de los salones del club bajo la dirección de Carmen Capece de Cucullu, con el apoyo de Regina Putignano y Enrique Mancione.
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